Final de partido. Varios jugadores tricolores corren hacia el árbitro, protestan por un penal no cobrado, ya en los minutos finales.
El arquero Jorge Bava tiene un altercado con un policía y le pega un golpe de puño. El coracero cae al suelo, como si fuera golpeado por Mike Tyson, y la cosa terminó en la comisaría número nueve. Los ojos de todo el país fueron puestos en esta situación. Se armó tremendo circo: se suspendieron los torneos de verano y a Bava incluso lo llevaron esposado a declarar. Al fin el arquero fue procesado sin prisión. Ante esta situación, el rival de aquella noche – que había ganado por 1 a 0, gol de Zalayeta – decidió hacer leña del árbol caído y elaboró un comunicado pegando duro a Nacional.
Pero el mundo da vueltas y en el verano siguiente los rivales volvieron a verse las caras. Nacional con dificultades en las altas durante el periodo de pases; Peñarol en un mal momento pero con mucha confianza, incluso por haber ganado los partidos clásicos el año anterior. El primer encuentro fue definido por penales, con un triunfo de los tricolores. En el segundo, Nacional venció en los 90 minutos a un rival sin ideas y un árbitro que cobró solamente uno de tres penales claros. A12 minutos del final un planchazo de Carlos Núñez contra un defensor albo (¿nadie vio el codazo que sucedió un segundo antes?) generó lo que todo el país ya vio.
Una vez más, se armó tremendo circo mediático – se prende, se libera, declaran y nueve jugadores son castigados con dos meses sin comparecer a espectáculos deportivos en Uruguay (comparación: once fueron procesados por los líos en la Ámsterdam en el clásico de 24 de noviembre). Curiosamente, la mayoría de ellos es de Nacional. En el club albo, desde el presidente Eduardo Ache hasta los jugadores, pasando por el entrenador, todos afirman que no agredieron, que apenas se defendieron. El presidente del otro club, Juan Pedro Damiani, apenas dijo que “me dio mucha pena lo de ayer”.
Ante el silencio del “italiano”, rescatamos el comunicado emitido por Peñarol el año pasado, tratando de leerlo con la mente puesta en los hechos sucedidos en la última semana. El comunicado va en letras cursivas y los eventuales comentarios de éste columnista van en letra común.
En la noche del 16 de enero se jugó el primer clásico de la temporada. En el estadio todo parecía revivir los viejos tiempos, sin incidentes en las tribunas ni ominosos vallados divisorios en la Olímpica. Sin embargo dos acontecimientos nos conmueven y constituyen un llamado de atención que el Club Atlético Peñarol no está dispuesto a pasar por alto.
No será éste: “En tanto, un grupo de hinchas de Peñarol causó destrozos por la Avenida Ricaldoni. Los efectivos los sorprendieron quemando contenedores de basura y rompiendo vidrios de automóviles” [10].
El primero, informa la prensa, lo constituye el hecho de que un joven de 20 años se encuentra internado, grave, en el hospital Maciel luego de recibir un disparo en el omoplato derecho. Fuentes policiales informaron que el incidente se produjo sobre la hora 20, cuando un ómnibus contratado para trasladar hinchas de Peñarol al Estadio Centenario fue atacado por parciales tricolores que viajaban en un camión. El hecho tuvo lugar en Millán y Bulevar Artigas. Se estima que unas 30 personas fueron detenidas a raíz de este incidente, pero no se incautaron armas de fuego.
Nos cuenta El País [10]: “Según la versión que le narró a González un amigo de su hijo que viajaba en el ómnibus, los hinchas de Nacional, identificados como integrantes de La Barra de La Teja, comenzaron a insultar a los parciales mirasoles. Los simpatizantes aurinegros que estaban en la parte delantera del ómnibus descendieron para enfrentarse con los hinchas de Nacional”.
Es elogiable la actitud del padre del hincha herido, cuyas palabras están publicadas en la misma nota: "Ellos dicen que se van a tomar revancha. Yo les estuve hablando, les dije que deben dejar que la Policía encuentre al responsable del hecho. `Miren cómo está mi hijo`, les dije. Si ellos se vengan, el enfrentamiento entre hinchadas no se termina más. Van a quedar diez de un lado y ocho del otro".
El segundo evento tuvo lugar en la propia cancha del Estadio Centenario cuando, finalizado el encuentro los jugadores del Club Nacional de Football dieron una muestra de intemperancia, y carencia de Fair Play, que sólo puede explicarse por la potencial ausencia de sanciones deportivas, al tratarse de un partido amistoso. Todo ello registrados exhaustivamente por las cámaras de televisión, que seguramente se encargarán de difundirlo en los noticieros de todo el orbe. Exabruptos producto del ardor de la disputa son entendibles, pero una vez culminada la misma, máxime en un partido amistoso, no se comprenden y mucho menos se justifican.
Núñez, con un planchazo al medio de un rival, y Estoyanoff, con un puñetazo en la cara de Pablo Álvarez (no solamente ellos, pero estos dos fueron los principales) dieron una muestra de intemperancia y carencia de Fair Play, que sólo puede explicarse por la potencial ausencia de sanciones deportivas, al tratarse de un partido amistoso. Y sí, todo fue registrado exhaustivamente por las cámaras de televisión, difundido en noticieros de todo el orbe.
Que un comunicado de Peñarol diga que “exabruptos producto del ardor de la disputa son entendibles” también ayuda a explicar una parte de lo que sucedió el pasado lunes en el estadio Centenario. Especialmente porque el partido no estaba terminado y Peñarol, pese a jugar un buen primer tiempo, no daba señales de que podría cambiar el marcador.
El Club Atlético Peñarol está dispuesto a asumir, y vaya si ha asumido, las responsabilidades cuando hechos como los mencionados sean provocados por sus simpatizantes y deportistas. En todos los casos los hemos rechazado. Entendemos que las justas deportivas son eso, y no comulgamos con actitudes reñidas con su dilucidación más allá del campo deportivo. Esa es la esencia del deporte y no nos apeamos del viejo principio.
Doce meses después, lo que no faltan a Peñarol son responsabilidades que asumir. Repasemos:
Entendemos pertinente que los actores responsables asuman los hechos y se diligencien las actuaciones y sanciones. En el primero de los casos, más allá de los códigos de silencio propios de los delincuentes que actúan embozados en una bandera que debiera ser símbolo de una sana competencia, es indudable que el camión desde el cual partió el disparo fue contratado por alguien y sus ocupantes han de ser seguramente identificables.
Hay varios aspectos de la noticia que fueron tratados de manera descuidada en Peñarol. Primero, que en el camión no se encontraron armas. Segundo, que la prensa informó que los disparos vinieron desde motos – y esto ocurrió DESPUÉS que hinchas carboneros bajaron de un ómnibus a pelearse con hinchas de Nacional. Está mal el que disparó, está mal incluso el que insultó, pero al otro lado no estaban hinchas indefensos. Estaba gente con intención de pelear. Si todo hubiera quedado en insultos de un lado a otro, posiblemente no hubiese pasado nada.
Respecto a los incidentes protagonizados por los deportistas que defienden al Club Nacional de Football es un tema que deberá ser manejado dentro de la Asociación Uruguaya de Fútbol por los organismos correspondientes.
Los incidentes sucedidos en la cancha (repito, en la cancha) durante el último clásico son manejados fuera de la Asociación Uruguaya de Fútbol. El discurso políticamente correcto manda condenar la violencia, pero hasta ahora la justicia metió a nueve jugadores en la misma bolsa sin tomar en cuenta que hay responsabilidades distintas en el episodio.
Desde ya el Club Atlético Peñarol se compromete a trabajar conjuntamente con el resto de las Instituciones y los Órganos de dirección en pos que la falta de deportividad y la violencia dejen de tener lugar entre nosotros.
Doce meses después la pregunta obvia es dónde se equivocó Peñarol, porque no apenas la violencia y la falta de deportividad no terminaron, como se incrementaron.
Por último, más allá de las acciones que la seguridad interna de Peñarol viene realizando de manera eficaz, solicitamos a ambas parcialidades a mantener la calma y los parámetros de conducta que las justas deportivas requieren.
Menos mal que las acciones son realizadas de manera eficaz. De lo contrario la lista de incidentes sería bastante más larga.
Sabemos que la violencia es un fenómeno que está en nuestra sociedad, y que la misma no es patrimonio exclusivo de parcialidad o grupo social, pero ello no implica que lo aceptemos pasivamente. Debe ser el deber de todos que cuando nos volvamos a cotejar, y toda vez que un espectáculo deportivo ocurra, velar por la paz y la concordia.
Decir que la violencia es un fenómeno que está en la sociedad corresponde a lavarse las manos. Sí, está en la sociedad, como también está en el ambiente de fútbol, que sirve de pretexto para la actuación de delincuentes y ha proporcionado la impunidad, tan necesaria para la proliferación de esta violencia – que Peñarol condenó con palabras pero no con hechos.
Tomando en cuenta la última sentencia del comunicado de Peñarol, cabe hacer una reflexión acerca del último clásico. Los dos principales responsables por los incidentes (Nuñez y Estoyanoff) eran suplentes recién ingresados en el partido. Era un amistoso, no tenían nada que perder con la expulsión (nota: menos mal que Núñez dijo que “de la cabeza estoy fenómeno”). Entre las críticas realizadas a Martín Vázquez por haber llevado el partido a su final – y en esto estoy totalmente de acuerdo con la actitud del árbitro y lamento que el mismo coraje no se vio en otros momentos - el gerente deportivo de Peñarol, Carlos Sanchez, dijo a Ovación: “Si lo que corresponde es echarlos a todos, que lo haga” [12]. La pregunta obvia es: ¿a quien interesaba pudrir todo?
Queda como una pregunta retórica, incluso para no entrar en teorías conspiratorias. Hay demasiados datos aislados. No significa que estén atados, pero son una cantidad interesante de coincidencias, sobre todo cuando Nacional va camino al debut en la Copa Libertadores 2014.
Manoel Castanho
(Periodista)
Lista de Links
[1] http://telenocheonline.com/graves-incidentes-en-penarol-velez/
[2] http://subrayado.com.uy/Site/noticia/21971/damiani-golpeo-a-un-hincha-que-lo-increpo-tras-la-derrota
[5] http://noticiasfloridaonline.blogspot.com.br/2013/06/incidentes-y-destrozos-en-el-estadio.html
[6] http://www.republica.com.uy/festejos-penarol-incidentes-hinchas-policia/
[7] http://www.ovaciondigital.com.uy/futbol/penarol-hinchada-policia-incidentes.html
[11] http://www.montevideo.com.uy/ucdeportes_191129_1.html
[12] http://www.ovaciondigital.com.uy/futbol/vazquez-hizo-poncio-pilato.html