Por Diego Ávalo
14 May 2022
Apetura2022

Se ganó por tener al mejor arquero del Uruguay y por hacer pesar la casaca.

Pésimo primer tiempo. El partido era complicado en lo previos. Se jugaba en un escenario que hace años no podíamos ganar, con un buen cuadro, dirigido por un gran técnico. El Bolso dispuso el ingreso de Alex Castro que venía de una lesión por la banda izquierda y el regreso de Camilo Cándido al lateral. El esquema, el mismo de siempre, aunque por momentos el equipo quedó parado con un 4-4-2, porque Emanuel Gigliotti se retrasaba y quedaba en línea con Manuel Monzeglio. Comenzamos de la mejor manera. A los cinco minutos, y tras una gran asistencia de Felipe Carballo, el Puma Gigliotti convierte el tanto de la apertura. Parecía que esto iba a dar tranquilidad y manejo del partido, pero fue todo lo contrario. Defensor Sporting tuvo una intensidad para presionar que fue realmente muy superior a la nuestra. Cada vez que un jugador del Bolso tenía la pelota era marcado por dos, tres y hasta cuatro futbolistas, perdiendo sistemáticamente la pelota. Nunca pudimos avanzar con pelota dominada. Además, a la hora de recuperar los dos mediocentros quedaron mal parados. Casi nunca pudieron pasar la línea de la pelota y corrieron de atrás permanentemente. Por la banda izquierda costó muchísimo. Cándido no pudo controlar nunca a Labandeira, y además el colombiano estuvo fuera de forma, quizás por la falta de ritmo que traía por su lesión. Nos ganaron por todos lados, por el medio, por las bandas y también por arriba en los centros al área. Ahí apareció el mejor golero del Uruguay por robo. Sergio Rochet no dejó pasar ni el viento hoy. Fue una actuación memorable la del golero de la selección uruguaya. Y solamente por eso nos fuimos al descanso ganando por 1 a 0. 

De menos a más. Repetto no esperó a que terminara la primera mitad para hacer cambios. Pero hizo modificaciones de hombre por hombre, cuando a nuestro entender el problema era táctico y no de intérpretes. Fuimos superados en juego, y eso no era cuestión de niveles futbolísticos individuales. Una modificación táctica reforzando el mediocampo para lograr hacerse del balón hubiera venido bien, pero el DT optó por cambio de nombres. Esto hizo que la segunda mitad comenzara de igual manera que lo que fue la primera. En los primeros cuatro minutos, el violeta tuvo cuatro jugadas claras de gol, en las que nuevamente el capitán nos salvó. Fue muy llamativo que el técnico no hiciera modificaciones cuando se preveía que iba a seguir el dominio del rival. Pero así fue. Nos ganaron en todos los sectores de la cancha, y realmente era un milagro que fuéramos ganando. Hasta que de a poco Defensor Sporting fue bajando la intensidad, era lógico porque realmente fue muy alta, y el Decano fue saliendo de atrás paulatinamente. Comenzamos a lograr pasar la mitad de la cancha y generar córners. Hasta que en uno de ellos vino el segundo gol que fue un mazazo anímico para el rival. A partir de allí, vinieron los cambios, tardíos a nuestro entender, que terminaron de reforzar la zona central y el Bolso pasó los últimos minutos mucho más tranquilo. 

Con la camiseta. Hoy se ganó haciendo pesar el escudo. El juego fue muy bajo, quizás el peor partido del año, e increíblemente y por segundo encuentro consecutivo, se jugó mal pero se ganó, que es lo más importante. Ahora, a poner las barbas en remojo, como decía mi abuela. Jugando de la manera que jugamos hoy es muy probable empatemos o perdamos y no que ganemos. Así como al principio hubo encuentros que se empataron o perdiendo, pero se veía buen juego, ahora estamos en la inversa totalmente. Y a la larga, lo que determina es el jugo. Se pueden ganar uno o dos partidos jugando mal, pero luego te termina pasando factura. Por lo tanto, hay que mejorar y ya si queremos pelear el campeonato hasta el final. Hace varios encuentros que ya no se presiona de manera ordenada y conjunta como se veía al principio. Volvimos a correr la pelota de atrás y de manera individual. En el juego nos cuesta mucho romper líneas y tener el balón. Se perdió la paciencia para buscar los espacios, y se entró en un nerviosismo que nos hizo jugar al pelotazo. Cierto es que el rival hoy puso una presión y una intensidad que no es habitual en nuestro fútbol, pero si queremos trascender en lo local y también en lo internacional debemos estar preparados para este tipo de oposición táctica. Y esta vez realmente no se vio eso. Se notó a un DT que no se adaptó al planteamiento rival, que insistió en una figura táctica que claramente era un problema y no una solución. En fin, se ganó con la camiseta y poco más. Hay que mejorar. Ya se ha demostrado en varios partidos que podemos jugar mucho mejor. Lo bueno se trabajará para mejorar desde la victoria, que es lo más importante al final. 



¡Arriba Nacional!


Diego Ávalo
 




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