Por nacional.com.uy
4 Set 2013
Respuesta

El Esc. Daniel Quintana ha respondido a nuestra nota sobre la pertinencia de calificar como Campeonatos Uruguayos los Torneos obtenidos por el Club Penarol en 1924 y 1926.

Consideramos esta respuesta doblemente satisfactoria.

En primer lugar, porque aviva una polémica en la cual no tenemos inconveniente en embarcarnos, con el respeto y la consideración que los polemistas debemos dispensarnos.

Y en segundo lugar, porque creemos que sobre el fondo de la cuestión no se manejan por su parte argumentos contundentes que puedan debilitar nuestra posición.

Campeonato de 1924 de la AUF:

Apoya la defensa de calificar este título como de Campeón Uruguayo en el “pié de igualdad” que el Laudo Serrato habría establecido para tratar a ambas entidades fusionadas.

La fusión, que no se discute, es desde ese momento en adelante, no hacia atrás.

Cuando decimos que el citado Laudo arbitral no reconoce a texto expreso ni implícitamente los títulos de la FUF, decimos verdad, según el propio Esc. Quintana reconoce.

Y también dice verdad él cuando nos reclama que tampoco hubo un reconocimiento similar de los títulos obtenidos en el ámbito de la AUF.

La diferencia es que no era necesario reconocer títulos obtenidos en el marco reglamentario del fútbol mundial, hecho que no aconteció con los logros deportivos de los clubes de la FUF.

Posteriormente nos traslada la carga de la prueba, reclamándonos que demostremos que la FUF era una entidad no reconocida por la CSF ni por la FIFA y por lo tanto sus competencias no pueden considerarse dentro del marco citado en el párrafo anterior.

El asunto es exactamente al  revés: los defensores de la tesis del Club Peñarol son los que deben demostrar que sus títulos fueron ganados a cabalidad en términos reglamentarios.

Nunca la CSF ni la FIFA aceptaron más de una asociación por país.

El tratamiento para las Islas Británicas viene dado por los antecedentes de los creadores del balompié moderno. Y la intervención de Islas Feroe aparte de Dinamarca se parece a una excepción folclórica.

Todos los sucesos que conformaron el cisma del fútbol argentino, sus consecuencias sobre nuestra organización nacional, el cisma del fútbol uruguayo, el Laudo Arbitral del Ing. José Serrato y el desconocimiento posterior por parte del Club Peñarol a alguna de sus disposiciones, constituyen un tema sobre el cual nos gustaría debatir.

Solamente a vía de ejemplo, digamos que la organización del Campeonato Olímpico de Fútbol le fue conferida a la FIFA por primera vez en 1924.

El 24 de Marzo de ese año, el Comité Olímpico Uruguayo consultó al COI respecto a la posibilidad de que pudiesen integrar la selección nacional jugadores pertenecientes a instituciones no afiliadas.

La respuesta del organismo internacional fue negativa. Como todos sabemos, Uruguay estuvo muy bien representado por la AUF, Campeón Sudamericano de 1923.

Recordemos que los clubes Peñarol y Central habían sido expulsados por 16 votos a 1, por haber violado normas que impedían competir con instituciones pertenecientes a una Asociación disidente del fútbol argentino.

Curiosamente, la moción para que se les advirtiera previamente sobre las consecuencias de su futura actitud, había sido presentada en la AUF por el ex-Presidente aurinegro César Batlle Pacheco.

Campeonato de 1926 del Consejo Provisorio:

No hay en la respuesta del Esc. Quintana alusión alguna a nuestros argumentos sobre el Campeonato citado.

Aparentemente, sería el Dr. Luciano Álvarez el que nos “explicará el resto con su reconocida capacidad”.

Le decimos al estimado contendor peñarolense que no fue nuestra intención “aprovecharnos” del poco espacio que le concedió al tema en su polémica con el Dr. Navascués.

Simplemente hemos resuelto salir al cruce de exposiciones que por la jerarquía de quienes las hacen públicas, pueden inducir a error a todos aquellos que desean conocer la verdad.

Y como nadie es dueño absoluto de ésta última, aceptaremos gustosos intervenir en cualquier polémica que analice los sucesos acaecidos en nuestro fútbol entre 1922 y 1926, remontándonos a los orígenes de los mismos, allá por 1913.

Incluso si nuestro oponente fuera el Dr. Luciano Álvarez, que según el Esc. Quintana se encargará de explicarnos como es la cosa.

Juan José Melos

nacional.com.uy

Título original: “Para que no queden dudas”

Negritas: decano.com





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