Por Agustín Bermúdez
18 Dic 2020
Libertadores2020

River fue muy superior y el Decano se despidió de la Copa Libertadores.

Nacional quedó eliminado de la Copa Libertadores tras caer por 6 a 2 ante River Plate en el Gran Parque Central. El partido y la serie se rompieron rápidamente por la expulsión de Sergio Rochet en el comienzo del mismo.  

En el primer tiempo poco pudimos ver del planteo que intentó realizar Jorge Giordano para contrarrestar el juego del rival, e intentar disputar el partido de igual a igual. Lo cierto es que con el 3-4-1-2, el equipo se paró lejos de Sergio Rochet, intentó colocarse como un equipo corto, y con creación de juego que sí o sí debía pasar por el doble pivot que integraban Emiliano Martinez y Gabriel Neves. Pero la presión alta que propuso el rival generó que al momento de jugar a un toque o dos, el equipo fallará, y con la posesión los argentinos lastimaran.  

Martinez tuvo una de arranque con un remate de media distancia, casi enseguida respondió Carrascal, el mejor de River, que se encontró con una tremenda tapada de Rochet, pero como marcamos, todo empezó a cerrarse en el minuto 17. En un pelotazo largo para Santos Borré que llegó desde la izquierda, donde Rochet salió al cruce y cortó fuera del área, la pelota quedó para el tiro de Matías Suárez, y en el amague, el arquero tricolor lo cortó feo, roja directa, cambios de esquema y cambios posicionales, todo cuesta arriba.  

Los argentinos comenzaron a manejar el balòn, los tiempos, y el ritmo de juego, pero además, se aprovecharon de un error defensivo que nos costó el primer gol. Renzo Orihuela falló en la entrega, la dejó corta, y Suárez habilitó notable a Carrascal, que definió mejor. Se sintió el cimbronazo, en seis minutos, un hombre menos, y un gol abajo, esto, más el resultado de visitantes. El conjunto de Marcelo Gallardo, cómodo, vertiginoso, dominó cada espacio, vio la herida y lastimó. Por eso no extrañó que a poco del final de esa primera parte, cayera el segundo. Nicolás De la Cruz, con un notable remate al ángulo, duplicó diferencias. Enseguida descontamos. Una buena triangulación de Ayrton Cougo, Martinez y Gonzalo Bergessio, dejó al primero de cara a Franco Armani, al que le remató abajo, entre las piernas. 

El segundo tiempo nos entregó en el inicio el tercer gol de River. Al igual que en Argentina, Bruno Zuculini, pisó el área y apareció para convertir el gol, una pelota suelta que había quedado sucia por allí. Luego vino lo mejor que pudo hacer el Bolso en el partido. Primero, por el descuento en los pies de Santi Rodríguez, a pase de Ignacio Lores, y enseguida por un par de ocasiones, en los pies de Neves, y en la cabeza de Orihuela, que pudieron darnos el empate parcial. Terminaron siendo un espejismo para lo que se vendría. La visita volvió a presionar alto, con intensidad de juego y rotación a uno y dos toques, y aprovechó cada mala salida, o cada duda en nuestra defensa. Pero los goles, tres de Santos Borré, fueron prácticamente idénticos. Centros desde el sector derecho, rasantes, que el ariete colombiano mandó a la red desde el área chica.  

La noche se convirtió en un suplicio. Superados física y futbolísticamente, los jugadores de Nacional, demostraron sí, mucha vergüenza deportiva. No dieron pelota por perdida, por más que esta vez nada salió como se pensó, se planificó, o se soñó. Cuesta pensar en rendimientos individuales altos eso sí, el equipo se desdibujó y fue una suerte de voluntades, que por momentos hicieron lo que podían. River es un equipo completo, en todas sus líneas. Dinámico, preciso, serio, que mostró que la ambición de más y más, es su marca en el orillo. Por eso no sacó el pie del acelerador y nos enseñó todas sus credenciales que lo potencian como candidato a una nueva Copa. Estamos lejos, más allá del hombre de menos, el golpe es duro. Terminó siendo un baño de realidad, producto de una diferencia abultada en el marcador final, del partido y de la serie. 

Solo queda levantar cabeza. Aprender de estos golpes y seguir. Toca ponerse de pie como lo merece la historia de nuestra institución. Ojalá podamos aprender de lo que se está haciendo bien, para volver a crecer en lo internacional. Este River es una muestra clara en ese aspecto.

Agustín Bermúdez




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