Por Daniel Puppo
18 Feb 2020
opinión

Si hay algo que aprendí en estos muchos años que tengo es que Nacional es único e inigualable en todo, hasta cuando nos tocan las malas.

No es fácil tomar el timón de un club tan grande como Nacional, pero si tenés el enorme privilegio de hacerlo, podés conseguir mucha gloria y admiración; también podés lograr el fastidio de muchísima gente.

Gustavo Munúa es hincha a muerte de Nacional, se crió en casa, tiene los genes tricolores, eso es un hecho.

Lo positivo

En su pasaje anterior supo enfrentar a los más copetudos del continente y jugarles de igual a igual en la Copa Libertadores. Incluso ahora en la pretemporada ante el River de Gallardo, sus dirigidos dieron clase en el amistoso en Maldonado en un primer tiempo soñado. Le sienta bien jugar de tú a tú y su versión más exitosa es dejarlos venir a los que van al ataque como premisa y lanzar la contra en velocidad con espacios para jugadores rápidos por las bandas.

Lo negativo

No ha podido sortear a rivales del medio local, sus equipos no encuentran ese mismo funcionamiento ante contrarios que cierran los caminos, con muchos jugadores en el mediocampo y muy bien parados en defensa. Hasta ahora no se ha podido ver un plan B para esos partidos contra equipos que no “dejan jugar”, que presionan arriba para cortar los circuitos futbolísticos y obligan a los defensas a apelar al pelotazo largo para salir de esa presión.

Lo más preocupante es que ante el más mínimo inconveniente se decide la inclusión de delanteros que se chocan entre ellos y crean un desbalance en el equipo que nos ha costado perder muchísimos puntos en su etapa anterior y en la que recién se inicia.

Un equipo debe estar balanceado, en defensa y en ataque, hay dos arcos en el fútbol y dos facetas a la hora de jugarlo. El famoso problema de la “manta corta” parece ser el Talón de Aquiles de Munúa. 

Creo que se está a tiempo de replantear algunas cosas. Se debe conformar un equipo serio, desde atrás hacia adelante: con una defensa sólida primero para luego intentar ir creciendo en el juego colectivo, lo que redundará en esa dinámica y juego asociado que este cuerpo técnico entiende como el mejor modo de alcanzar los resultados. Entendemos que hay futbolistas para lograrlo. Pero como dice el viejo dicho, “no hay que poner la carreta delante de los bueyes”.

Daniel Puppo




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