Amor eterno

Orgullo de pertenecer a esta emoción, a este sentimiento que es Nacional.

Como todos los bolsos ayer fue un día triste, sobre todo por la sensación de que nos están jugando con cualquiera, ayer debutaron 6, y nos ganaron casi sin reacción de parte nuestra.

El ánimo por supuesto estaba por el piso, tengo 62 años y de ganadas y perdidas tengo mucha historia, pero por casualidad o no, hoy fui a retirar los carnés de butaquista de este año, mío, de uno de mis hijos y de mi yerno, mi otro hijo Pablo, no pudo esperar y ya había ido a retirarlo.

Llegué a la sede pensando en el Puma, Durán, Medina, Lembo, Sand y Polenta, y cuando entré algo cambió en mi, ahí estaban las fotos de los grandes, de los tres planteles campeones del mundo y sobre todo la foto del gran Atilio, que no lo vi, pero el viejo me contó todo desde el día que llegó a Montevideo, y la foto del gran Luis Artime, a quién si vi, desde su primer partido hasta el último con la camiseta del bolso. Y por allí andaban Nasazzi, Porta, Manga, Cascarilla, De León, Gambetta y tantos más, y cuando llegué a Socios y retiré los carnés ya no pensaba en lo de ayer, lo de ayer fue nada, una gota en el océano, me senté con los carnes y le saqué fotos y se las mandé a Diego y Jordi, con la frase “en las buenas y en las malas” y sentí orgullo, orgullo de pertenecer a esta emoción, a este sentimiento que es Nacional.

Ese sentimiento compartido por mi abuela, mi viejo, mi hermana, mis hijos, mi nieta, ese sentimiento que solo puede ser sentido por los que tienen el corazón en tres colores, por los que se emocionan, como me pasó a mí, por ver los escudos en las computadores de las chicas de Socios, por los que sentimos que Nacional es una parte de nuestra vida, que nos ha dado tanto y nos ha pedido tanto.

Salí de la sede con una sonrisa, las victorias como siempre pasó, volverán, y las malas pasarán, como siempre pasaron, pero lo importante es saber que cientos de miles de uruguayos como uno, como mi amigo de la infancia Gustavo, sienten lo mismo, vibran igual, y más allá de un partido ganado más o menos, siempre compartirán lo fundamental que le hace estallar el pecho cada vez que vemos la camiseta blanca con el escudo.

Nacional Amor Eterno.

Daniel Fascioli