Por Ernesto Flores
13 Dic 2016
Lasarte

Lasarte dirigió 29 encuentros en el Parque Central, de los cuales ganó 23, empató 4 y solo perdió 2, sumando en el camino 61 goles y recibiendo 19. Un buen promedio para un técnico “defensivo”.

Lasarte dirigió 29 encuentros en el Parque Central, de los cuales ganó 23, empató 4 y solo perdió 2, sumando en el camino 61 goles y recibiendo 19. Un buen promedio para un técnico “defensivo”. Y la confirmación de que el Parque es “su casa”.

Hace casi exactamente seis meses escribí un comentario en El Talud que rápidamente pasó a ser nota de portada de decano.com, con el título “Yo conozco a Martín”. En el texto explicaba mi largo vínculo con el actual entrenador campeón uruguayo y finalizaba augurando que estábamos en buenas manos. Hoy podría plantarme y decir “¡vieron, les dije!”, pero cualquier conocedor de los pormenores del fútbol me podría salir al cruce, restándole valor a mi “profecía”. No se necesita una mente muy sagaz para darse cuenta rápidamente que Lasarte es un tipo responsable, serio y trabajador. Y en el fútbol -como en la vida-, con esas cualidades, tenés medio camino resuelto. Claro, yo sé desde hace bastante tiempo que Martín tiene ese perfil.¡Vamos, qué no era un dechado de virtudes como jugador! Bastante alejado de Manicera por cierto, pero, eso sí, aplicado, inteligente, tenaz... las mismas virtudes que exhibe y trasmite como técnico. A las que hay que agregarle la madurez. La madurez sirve mucho dentro de la cancha, pero tal vez hasta sea más efectiva fuera de ella, parado del otro lado. Sobre todo cuando la vida ya te ha enseñado qué pasa del lado de adentro.

Desconozco si Martín se había planteado ser entrenador siendo futbolista. Nunca hablamos de eso. Si me hubieran preguntado a mí, habría supuesto que no, que finalizada su carrera se habría dedicado a su otra pasión: la arquitectura. Más viajando para conocer que trazando líneas. Afortunadamente para muchos, decidió volcar su experiencia, sus conocimientos y, lo que es más importante, su impronta personal como director técnico de fútbol. Ese bagaje que no está en los libros, ni siquiera en las canchas, se encuentren donde se encuentren. Eso que se va formando en la familia, se distribuye en la escuela y el barrio y se consolida en la adolescencia. Esa mezcla de Ester, Guarino, Michelena, Barreto y Yavonna.

Martín Lasarte entró en la historia de los entrenadores tricolores, compartiendo un trienio con Washington Etchamendy, Ondino Viera y Hugo De León. Detrás todos del inolvidable -como jugador y técnico- Héctor “Manco” Castro. Como dato curioso, si tomamos el partido final del Uruguayo Especial 2005 ante Rocha -que nos dio el pasaje a las finales nunca disputadas con Defensor Sporting- como el partido en el que obtuvimos ese Campeonato Uruguayo, Lasarte ganó todos su torneos en el Parque Central; Campeonato Uruguayo Especial 2005, Torneo Clausura 2006, Campeonato Uruguayo 2005-2006 y Campeonato Uruguayo Especial 2016.

Lasarte dirigió 29 encuentros en el Parque Central, de los cuales ganó 23, empató 4 y solo perdió 2, sumando en el camino 61 goles y recibiendo 19. Un buen promedio para un técnico “defensivo”. Y la confirmación de que el Parque es “su casa”. Lasarte además, está en la edad óptima para iniciar un proceso institucional que se pueda sostener. Algo casi impensado en Uruguay donde a los 3 años ya cumpliste un ciclo. A favor, en un mano a mano con un dirigente un par de meses atrás, me manifestó que hay una conformidad absoluta con el cuerpo técnico. Conformidad que se podría traducir en esfuerzo económico. Más a favor, con todos los allegados al Club con quienes he hablado, tanto dirigentes como funcionarios, destacaron el compromiso, la bonomía y lo respetuoso que es Martín Lasarte. Todos coincidieron en una palabra para definirlo: un caballero.

El técnico campeón uruguayo no necesita que yo le busque laburo ensalzando sus cualidades. Lo que sí me gustaría hacer, es lo posible para que conserve el que tiene por muchos años.  

Ernesto Flores




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