Por Daniel Navascués
15 Mar 2020
artime

En su paso por nuestro país defendiendo a Nacional, se ganó el eterno reconocimiento de sus hinchas a fuerza de goles, pero también el respeto de los ajenos por su modestia y sencillez.

Pero el “Viejo”, apodo cariñoso de sus compañeros de aquel entonces glorioso Tricolor, es un señor, con mayúsculas, con cualidades personales a resaltar; como su culto a la amistad y la práctica de la solidaridad.

Integrando la Comisión de Historia y Estadística, y en oportunidad del homenaje que le hiciéramos designando una cancha con su nombre, fui testigo presencial del afecto y alegría con que lo saludaban sus excompañeros y viejos funcionarios del club.

Su adhesión a la tricolor es de fierro. Integra su registro social y cuando se le convocó para algún acto siempre se hizo presente, e incluso interrumpiendo sus vacaciones con la familia en Brasil, tal cual lo hizo en cierta oportunidad.

Tengo conocimiento de una anécdota que representa claramente como es Artime y el porqué del sentimiento hacia él de quiénes lo han tratado.

Cierto día, Artime, ante una convocatoria, concurrió a la sede de 8 de Octubre a retirar un cheque de pago de una deuda que se mantenía con él.

Como era habitual, a su paso se iba encontrando a funcionarios, intercambiando saludos y alguna conversación. En ese interregno se entera que éstos están atrasados en el cobro de sus sueldos, queda pensando un breve instante y en lugar de dirigirse a Tesorería va hacia la Presidencia.

Recibido por don Miguel Restucia y preguntado el motivo de su presencia, le dijo más o menos lo siguiente: “Me he enterado que los funcionarios están sin cobrar, y quiero expresarle que no voy a levantar el cheque a mi orden, para que su importe sea destinado como parte de solución a ese problema. Yo puedo esperar a cobrar y ellos no”.

Como puede verse, Luis Artime también hacía goles en otras canchas.

Daniel Navascués Bonino




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