Por decano.com
12 Set 2013
vasco

Paso a paso, Rodolfo Arruabarrena se viene ganando la confianza y el respeto del hincha tricolor

Al hablar mantiene una actitud que se me hace conocida y no logro precisar de dónde. El entrecejo fruncido, la mirada distante como buscando algo –se me ocurre que las palabras- , brazos cruzados al pecho. De hablar pausado y muy respetuoso. Cuando me cuenta de Marcos Paz, su localidad de origen ubicada en la Provincia de Buenos Aires caigo en la cuenta. Me dice que Marcos Paz se sitúa “en la zona oeste de Buenos Aires” y agrega que“es más del campo que otra cosa”. Eso es lo que me transmite Rodolfo Arruabarrena. La serenidad del hombre que vive, o ha vivido, en la cercanía del campo.

Uno imagina que la parte más difícil para el jugador de fútbol debe ser el adaptarse rápidamente a los cambios. Para esto es necesario desprenderse lo antes posible de los recuerdos que te liguen a otros lugares o, al menos, minimizarlos. En su carrera como futbolista y ahora como entrenador, Rodolfo Arruabarrena corre con cierta ventaja ya que –según él- no es un tipo de extrañar. Quienes sí lo hacen son sus hijos, por eso está solo en su estadía montevideana, como ya lo estuvo en el 2010 en Chile cuando defendió a la Universidad Católica.

“Los chicos extrañan a los abuelos, a los primos… Acá estoy solo. Estamos cerca, constantemente estoy hablando o sino yendo, este fin de semana viene la familia para aquí. Las nenas -que son la mayores, 15 y 14 años- saben más de cómo es esto. Ya lo vivieron mientras fui jugador. El tercero, de 7 años es el que más lo sufre”. Completa la familia el menor de 1 año, que está aprendiendo a caminar y a decir sus primeras palabras.

Arruabarrena ya conocía Uruguay porque ha venido varias veces de vacaciones a José Ignacio. No tenía tanto conocimiento de Montevideo, a la que destacó como una capital “tranquila en relación a Buenos Aires. Acá hay otro ritmo de vida” observó el entrenador tricolor y prosiguió, refiriéndose al aspecto deportivo en Uruguay:“considero que el fútbol uruguayo necesita corregir en el tema canchas. Si se lograra –sobre todo por parte de  los equipos no denominados grandes- se mejoraría notablemente el fútbol. Porque hay buenos jugadores, con buena técnica. De lograr esto se cambiaría considerablemente el ritmo y el espectáculo. Aunque yo no soy nadie para andar opinando de estas cosas” agregó.

De lo que sí puede opinar libremente es de Nacional. Sobre el club, el “Vasco” contó que le sorprendió “la cantidad de gente que mueve. Incluso en el interior. Las veces que hemos ido me he quedado asombrado. He notado que la gente siempre responde. Salgan bien o mal las cosas, el jugador sabe que cuando va a un partido -tanto en el Parque como en otras canchas- hay una gran concurrencia de hinchas”.

A la hora de optar entre el Parque o el Centenario, Arruabarrena no lo duda un instante “prefiero el Parque para jugar. Ya lo he hablado con los muchachos. Nosotros tenemos que sacar provecho del Parque. Es un campo con un bonito césped y la cercanía de la hinchada aporta lo suyo también. Tenemos que sacarle provecho a esta situación”.

Arreglada su vinculación con el Decano, el argentino optó por venir unos días antes de iniciar oficialmente su trabajo “porque yo quería conocer al grupo”. Hoy, con varios partidos y una pretemporada encima, el técnico considera que tanto él como el resto de sus colaboradores“conocemos más o menos las características y la personalidad de cada jugador. Sé a qué jugador puedo llegar a insultar en un momento determinado sin que esto genere una reacción negativa sino por el contrario se agrande, y a cuáles con un insulto los podés bajonear”.

Cuando le quise plantear el ejercicio de considerar que –de no ser por las necesidades económicas- hoy podría contar en su plantel con Fernando Muslera, Diego Godín, Chori Castro, Nicolás Lodeiro y Luis Suárez entre otros, Arruabarrena fue muy pragmático. Casi de arranque me salió al cruce con una reflexión. “Sacando a Brasil y México, estás a contramano del resto del mercado futbolístico. Están los intereses de los representantes, del club e incluso los padres de los chicos -si bien eso está cambiando últimamente- te pasa que, como entrenador, le pedís al club que te deje a un chico de 20 años por uno o dos años más y el jugador se cuestiona ¿si me rompo y no logro la tranquilidad económica para mantener a mi familia? Es muy difícil. En Sudamérica los clubes están muy necesitados de dinero y eso hace impensable lograr la permanencia de los mejores”.

Sobre el final de la entrevista, dada la condición de argentino del técnico tricolor, no pude evitar la tentación de preguntarle ¿Maradona o Messi? No me sorprendió su respuesta: “Messi. He coincidido con Maradona -no en su plenitud, sí lo he visto- pero para mí Messi es superior”. Como uruguayo no contuve el retruque ¿Messi o Suárez? Nuevamente su respuesta estaba dentro de lo esperado por mí:“Son diferentes. Yo creo que Messi es un jugador diferente al resto. Suárez es un jugador formado aquí en Nacional y que tiene unas virtudes bárbaras, pero Messi parece de otro planeta. Me ha tocado marcarlo, y no me fue tan mal. Tanto en Villarreal como en Barcelona sacamos buenos resultados, pero es innegable la calidad de Lionel. Luis Suárez es otro tipo de jugador. Cualquiera de los dos son los jugadores desequilibrantes con que cuentan sus selecciones”.

Me despido y le agradezco por su tiempo. Le deseo éxito, porque sus logros serán los nuestros mientras esté al frente de Nacional. Vuelve al trabajo en silencio. Hasta en eso me demuestra que es un tipo con fuertes convicciones. Siempre he pensado que la gente que grita mucho es porque tienen la necesidad de convencerse a sí mismos.

Ernesto Flores
decano.com





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