Por decano.com
26 Oct 2015
cecilia810

El otro día en el Parque hubiera querido detener el tiempo pero el maldito corrió más rápido que nunca.

¿Es bueno saber el futuro?

Si tuviéramos un auto mágico que nos permitiera viajar al pasado, entonces corregiríamos los errores que no supimos ver de antemano. Pensaríamos dos veces antes de deshacer la zaga que tan buenos resultados nos estaba dando o se tiraría el penal del final y se sabría a qué altura pegarle y nuestro futuro entonces,  es decir nuestro presente de hoy, sería un poco mejor.  

El otro día en el Parque hubiera querido detener el tiempo pero el maldito corrió más rápido que nunca. No me gustaba para nada la película pero tampoco podía ponerle stop. Sin embargo, dos o tres semanas atrás parecía que nuestro futuro era más venturoso que hoy. ¿Las cosas del destino? ¿O nuestros propios errores?

Si se pudiera corregir lo acaecido en una fecha determinada que cambiara nuestro presente… mmm… y entonces aquel día… Suena tentador, pero mejor no soñar despiertos.

Pero lo hecho, hecho está y como no tenemos un DeLorean volador ni sabemos cómo hacerlo, nuestro auto mágico debe ser nuestra propia y fecunda historia. De allí deberemos sacar fechas ilustres para ponerlas en el reloj del tiempo y viajar con el corazón pero con la mente puesta en éste torneo. Es lo que hace un equipo con gloria: ahondar en su propia estirpe para escribir su presente.

Manga estuvo entre nosotros hace poco y en el vuelo de esas manos aladas encontramos un viaje fantástico en el tiempo.  Estaba sentado ahí abajo en el Centenario como si el tiempo se hubiera detenido en esos tiempos de antaña gloria.

Probablemente alguno querrá viajar al futuro para saber qué pasa, sin embargo si el futuro no está escrito y como dice el doctor en la película: “háganse uno bueno”, entonces debemos estar atentos. 

Somos nosotros los dueños de nuestro destino y no se borrarán nuestras fotos en el futuro si miramos nuestras fotos viejas y escuchamos atentamente lo que nos dicen.

Cecilia810 


Cecilia 810

Cecilia es la lectura más esperada después de cada partido. Un bálsamo en los momentos difíciles y un tónico para acompañar la euforia




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