Por Recibimos y publicamos
3 Abr 2015
Manoel

Manoel Castanho escribe una carta abierta al Presidente de Wanderers luego de sus declaraciones sobre el GPC y luego -también- de la decisión de no jugar en el Viera el partido de este fin de semana.

Señor presidente,

En los últimos días, usted empezó a calentar el ambiente de cara al partido contra Nacional por el torneo Clausura cuando dijo “fui al gallinero y es espantoso”. Como mínimo, usted escupió en el plato que le ha dado de comer, ya que su club estaba utilizando nuestro Parque Central para jugar como local por la Copa Libertadores, me imagino que usted fue a estos partidos y por esto sonó aun peor dicha afirmación.

Posiblemente se dio cuenta de su error cuando dijo, poco más tarde que “mis dichos no fueron contra el Parque Central ni contra Nacional” -pese a que no era a otro estadio al que se refería- y además trató de ser más específico cuando se disculpó y agregó: “Yo pienso que la cancha de Nacional es espléndida. Lo que es impresentable ese espacio, por cómo está. Invito a la gente a que vaya y vea al partido de ahí. Tiene una dificultad visual para ver el partido que es espantoso, pero lejos estoy de querer ofender a alguien con este tema”.

Menos mal que usted no quiso ofender a nadie cuando trató muy respetuosamente de “gallinero”  a ese sector del GPC. Yo casi podría jurar, al leer estas palabras, que usted tenía algo en contra de Nacional. Pero las palabras tienen sentido, el gallinero es el espacio dónde están las gallinas y al espacio que usted trató de gallinero va la hinchada de… bueno, no es necesario decir. Y creo que de nada servirá argumentar que al espacio opuesto de la misma tribuna (por lo tanto, con una visibilidad similar) concurren hinchas de Nacional, al igual que en la tribuna ubicada en el lado opuesto del campo de juego.

Usted desparramaba por ahí su enorme generosidad al anunciar que a la hinchada de Nacional le daría “dos tribunas con una perfecta visibilidad”, pero el martes se decidió que el partido se jugará en el estadio Centenario. Entonces usted explotó y si quedaban dudas de que tiene algo en contra de Nacional, las mismas se disiparon solas. En su argumentación, usted tocó en las heridas deportivas e intentó atacar el trabajo de la seguridad. Primero, dijo que “esto me genera dos reflexiones, la Metropolitana no puede controlar el espectáculo al no poder garantizar la seguridad y Nacional tampoco, pese a que en su cancha lo hace”. ¿Por qué la seguridad de Nacional debe dar garantías si el que oficia de local es Wanderers?

Enseguida, usted se refiere a una minoría diciendo que ella logra que, "excepcionalmente, Nacional salga del Parque Central o del Centenario, y que en las dos o tres canchas que se hicieron inversiones para llevar a los grandes no se pueda jugar”. Si una minoría tiene tanto poder como para determinar estas cosas, usted debe reconocer que no fue una actitud inteligente calentar el ambiente insultando al Parque Central.

Pero esto no es todo. En la pasada temporada (2013/14), seis de los 14 equipos eufemísticamente llamados “en desarrollo” oficiaron de local contra Nacional en una cancha que no fue el Centenario. Los que lo hacen de forma consistente son Danubio, Defensor y Cerro (Cerro Largo también, pero descendió).

Enseguida viene uno de los argumentos más complicados: “tal vez Nacional tenga problemas para competir internacionalmente porque en todo el año juega en dos canchas”. Cada vez que Nacional llega al final de un torneo disputando el título con algún equipo “en desarrollo”, se utiliza este argumento para descalificar al “ventajero” grande contra el “pobre equipo chico”. Pero ¿cuántos de estos mismos equipos realmente desean enfrentar a Nacional en sus propios estadios? Más o menos la mitad de todos los equipos que conforman el Campeonato Uruguayo. Los que ya buscan hacerlo, Wanderers entre ellos, a veces tienen la oportunidad y no lo hacen. Y las canchas obviamente son mucho más que dos, aunque entiendo que el número estaba utilizado en sentido figurado.

Además, presidente, su indignación es selectiva. Usted dijo: “El año pasado le ganamos 3-2 en el Viera y no hubo problemas. El único problema fue que Wanderers ganó”. Efectivamente, Nacional jugó en el Viera en las temporadas 2012/13 y 2013/14 y lo haría nuevamente en 2014/15, aunque la Mesa Ejecutiva finalmente cambió el escenario. Ganó una vez, perdió otra. En las mismas tres temporadas, Peñarol visitó el Viera apenas en 2014/15 para enfrentar a Fénix, porque el partido con Wanderers se jugó en el estadio Centenario. Presidente, ¿usted consigue recordar cuándo fue la última vez que Peñarol enfrentó a su equipo en el Viera? Una pista: no fue en las últimas 5 temporadas. Y seguramente usted no ve problemas en perder contra Peñarol, algo que pasó en tres de estos cinco partidos.

Por último estuvo la decisión de habilitar apenas la Colombes para Nacional. Aplaudo la decisión, porque en la Ámsterdam la policía no entra, así que seguramente usted pensó en la seguridad. Pero desde un punto de vista de mercado, el que pierde es Wanderers, porque hay gente que prefiere no ir a las cabeceras y que dejará de ir por esto. Y el que pierde -también- es el flaco fútbol uruguayo, el espectáculo en sí, pero esto parece no ser importante ni para usted ni para otros equipos "en desarrollo". Es el precio de la vendetta, pero nadie puede objetar si usted está dispuesto a pagarlo.

Saluda (y observa) muy atentamente

Manoel Castanho

(Socio 82.839 de Nacional y periodista)


Manoel Castanho

Nacido en Rio de Janeiro, Manoel Castanho es periodista graduado por la Universidade de Brasilia. Hincha de Nacional por iniciativa propia desde los 10 años de edad, aprendió a amar la rica historia del club y estudia todo lo que cae en su mano para conocerla mejor. Su único vínculo con Uruguay es el amor por Nacional y gracias a esto tiene dos millones de amigos.




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