Me imagino la casa de la calle Soriano en silencio después de aquella fervorosa noche de domingo, ese 14 de mayo de 1899.
La realidad es la realidad. A veces es difícil darse contra ella pero es la realidad y listo.
Pocas veces un partido comienza como termina, con un penal atajado para cada lado.
Llegan despacio, son muchas y mientras tanto el cielo desconfiado las mira con recelo.
Anda y respira después de cien minutos y entonces expulsa todo eso que no pudo durante el partido porque si se movía mucho, capaz que también lo echaban.
Los hinchas de Nacional nos bancamos todo.
Sábado, verano, Nacional y en el Parque. Mezcla perfecta.
Porque parecía que se había detenido el mundo pero el mundo no se detuvo y siguió andando cuando el gol del triunfo llegó.
¡Singular destino el del Club Nacional de Football! Hace su presentación en un escenario, entonces poco popular, con su bagaje netamente criollo. La prensa d…
Los seres humanos siempre vivimos con ese miedo constante a errar, a tomar una decisión incorrecta que nos lleve a fracasar.
El otro día en el Parque hubiera querido detener el tiempo pero el maldito corrió más rápido que nunca.
Y el grito se multiplicó por cuatro y pudo ser alguno que otro más y como en una locura codiciosa querías seguir gritando hasta quedar sin voz.